martes, 7 de diciembre de 2010

En la calle hace un aire que corta hasta los mejores sentimientos. La piel se viste de gallina y no por miedo precisamente. Todo el mundo va bien abrigado, hasta las orejas y con guantes. Es otoño pero parece que va a nevar en cualquier momento. El frío me entumece los huesos y te hago parar cada tres pasos para abrazarme y hacerme huir de él. El asfalto recoge nuestras huellas y parece que fumamos cigarros de los mejores al expulsar el aire cuando respiramos. Nos respiramos de la mano. Matamos el frío. Revivimos todo el amor que pulula por el aire. Entramos en ese cine antiguo, nos besamos nada más atravesar la puerta. Mi mano no se despega de la tuya y caminamos hasta coger asiento. Adoro los cines antiguos y el sonido del suelo que cruje con cada pisada. Nos perdemos por la película, reímos, lloramos, y hasta te pido un beso en coreano. Nos perdemos por el frío de las calles de nuevo. Nos perdemos en un abrazo y nos encontramos mirando un escaparate de la mano. Que bonito es esto. No quiero que se acabe. Cenamos en un restaurante chino. Nuestras miradas se cruzan por encima del pollo a la almendra y el vino más horrible del mundo se nos antoja delicioso. Nos reímos de los cuadros horribles del comedor, nos echamos cosas en cara y al rato nos besamos, nos queremos tanto como nos odiamos. Sólo quiero que me mires y sonrías, que quieras pasar este y otros tantos otoños corriendo de mi mano. Que te rías de mis manías, y de mis ganas de querer salirme siempre con la mía. Yo sólo quiero seguir dándote las buenas noches antes de dormir. Tener aventuras en otras ciudades, querernos en todos los lugares y besarte en todas las esquinas. Anda, quédate conmigo.


"Me gustaría comprarte un estudio en un 4º piso

sin ascensor, sin puertas ni ventanas y encerrarte una semana allí "

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