lunes, 29 de noviembre de 2010

Hace días que tengo un agujero en el pecho. Es la incertidumbre de saber, qué será de tu vida, cuántas habrán frecuentado tu existencia después de mí, a cuántas les dijiste te quiero, cuántas veces más temblaste con un beso. Es la angustia de reconocer, que pude haberte tenido si al menos no fuese tan determinante, igual queda clavada la duda. Es el orgullo resquebrajado de saber que estás de la mano con otra persona, cuando tendría que estar yo en su lugar. Es el recuerdo del último adiós, la vez que más nos reímos, los besos que nos dimos, las cosas que pasamos. Es la bronca de extrañarte aún cuando no hayas sido tanto, aún cuando no deba. Es el inconsciente, que me traiciona otra vez.

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