domingo, 21 de noviembre de 2010

Cuando la amante es obligada a traicionarse a sí mismo para sostener el vínculo, cuando para no derrumbar el débil castillo de amor comete actos que van contra sus convicciones y sentimientos, tarde o temprano despierta al desengaño y a la soledad y se detesta por haberse degradado sin límites, y pasa sin escalas a odiar hasta el infinito a quien le permitió caer tan bajo.
El tiempo y el dinero que había malgastado, el amor que se disolvió como arte de magia o hasta a veces creí que nunca existió. La oportunidad de haber podido encontrar alguien que me diera lo que necesitaba, las confesiones que había echo, las palabras del corazón, las mentiras que había pronunciado para poder estar con él, todo eso eran clavos y agujas que me atravesaba la piel sensible y me derribaban. Como quien tira una bolsa de arena desde unos metros de altura, y al caer se estampilla en el piso y hace un fuerte ruido desparramando un poco de arenilla de entre sus bordes.
Había un afecto amistoso y un erotismo hormonal. Esos ingredientes juntos podían ser confundido con el amor. Pero el amor...el amor era otra cosa.
Una ves una gran persona pregunto cómo había podido seguir y dejar pasar esos años hermosos pero fantasiosos. Lo pensé tanto que no encontré respuesta alguna. Hoy puedo decir que resulta que después del primer día siguió el segundo, luego el tercero y así. Después de un año sigue otro. Después de un momento vienen otro y otro, y resulta que eran nada más que momentos. Eso era todo. Qué cosa extraña ¿no? Eso... era... TODO.
Realmente me encanto conocerlo: piel, deseo, celos, encuentros, peleas, reconciliaciones. Supongo que lo ame demasiado. Pero a medida que iba pasando el tiempo, aprendí a leer los subtextos, y me di cuenta que ni yo le bastaba a él ni el a mi. Confieso que después de un tiempo lo deje con un gran dolor, como mil espinas en el corazón, pero al fin lo deje y cerré esa puerta. A veces las mujeres somos drásticas cuando damos vuelta la página después de haber sufrido durante mucho tiempo. Él fue una debilidad en mi vida, hasta a veces pienso que fui una confusión para él...
Paso un año pero a veces sentía que seguía incrustado de algún modo en mi vida. A lo mejor nunca deje de quererlo. No sé. Realmente no sé si se puede querer así a alguien, hay dos personas al mismo tiempo tan diferentes, distantes pero en cierta forma comunicados de manera infinita. Lo único que sé es que yo era la culpable de no quererlo lo suficiente, y aún así, de no haber sabido apartarlo completamente y de una vez por todas. De haberme convertido en un imán negativo. E incluso de haber fantaseado en algún momento con una segunda oportunidad. Hasta en este entonces que la página al fin cerró.
la verdad es que el amor me sorprendió en años mejores, mal parada, tan vulnerable, anhelante y ridícula como cualquiera. Pero al fin con alguien para compartir los días y las noches, las tardes de siesta y las tempestades de invierno. Alguien para cuidar...para amar.
"Per aspera ad astra" por caminos ásperos se llega a las estrellas.

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