martes, 15 de febrero de 2011

(V) de Valiente o de Volar


Mónica está desnuda,  tendida sobre su cama mirando a la pared blanca que tiene delante.
Intenta recordar cada uno de los segundos en los que otea el mundo lejos de allí.
El cuarto, iluminado por la luz tenue de una vela, está cubierto por el aroma de una noche que corrompió sus ideales. 
Le gusta acurrucarse en los brazos de Ric y que su mundo se diluya alrededor, que se desordene su pelo a lo largo de toda su espalda mientras que sus sentidos se pierden al compás de sus ronroneos, oír su voz desnuda en su regazo cuando su corazón late a ritmo de tango. 
Mónica ha aprendido a volar. 
Le da miedo, pero vuela. 




Felicidades



Todo el resto era todavía nada. 
Inventarlo - eso habría sido maravilloso.
(La soledad de los números primos)

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